Debates
¬ Gustavo Mora viernes 8, Oct 2010Nostálgicos y acelerados
Gustavo Mora
Desde que se inventaron los debates entre los candidatos presidenciales, no ha habido un triunfador más claro que el ¿secuestrado? Diego Fernández de Cevallos que primero tomó por su cuenta a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y después talqueó y nalgueó a Ernesto Zedillo Ponce de León al que acusó por las cadenas nacionales de radio y televisión de… “ser consecuencia de un doble pecado mortal: el asesinato del candidato Luis Donaldo Colosio Murrieta y el dedazo de Carlos Salinas de Gortari”. Zedillo no pudo o no tenía capacidad política para dar respuesta a las embestidas del Jefe Diego. Esto ocurrió en los preliminares de los comicios de 1994.
El debate del año 2000 fue más desabrido que un partido Querétaro-Jaguares. No hubo nada para nadie. Ni Vicente Fox Quesada, ni Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, ni Francisco Labastida Ochoa, lograron interesar a los radioescuchas y televidentes.
Felipe Calderón Hinojosa fue el menos malo en el debate del 2006. Roberto Madrazo se acalambró en el primer encuentro y en el segundo, se dedicó más a atacar a Calderón y López Obrador, que a dar respuesta a la consigna elbista que llevaba Roberto Campa Cifrián de acusarlo de no pagar impuestos, lo que desmintió el Sistema de Administración Tributaria. (Por cierto la toma de protesta de Roberto Campa Cifrián como candidato de relleno fue en el apergaminado Club del Piso 50 de la Torre Mayor, donde acaba de casarse el todavía dirigente panista César Nava Vázquez, ya que Elba Esther Gordillo hace y deshace cuanto se hace allí, igual que en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Elba por gastos no para y el club de hecho es suyo). Andrés Manuel cometió el error de no asistir al primero de los dos debates que hubo y cuando quiso recuperar el terreno ya era demasiado tarde y perdió los puntos que lo llevaron a la derrota electoral el 2 de julio de 2006.
¿Quiénes participarán en el debate del 2012?
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No hay quien dude que Andrés Manuel López Obrador sigue siendo un peligro para México como bien ratifica el presidente Felipe Calderón Hinojosa. Tanto, que el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón ya pintó su raya con colaboradores infieles que lo mismo asisten a las concentraciones del “pejelagarto”, que a las de su jefe inmediato superior. Les dijo: con melón o con sandía. Es una forma de irles desprendiendo del cordón umbilical de quien nos recuerda la frase de Salvador Allende a los radicales chilenos: “más allá, está el precipicio”… Manuel Mondragón y Kalb intensifica la campaña contra el robo a peatones y de autos en chilangopolis que registra cifras alarmantes… Emilio Gamboa Patrón es un burócrata metido a político y su opinión desagraviando a López Obrador es como decía Fidel Velázquez: “cero más cero, da cero”… Dice Beatriz Paredes que las alianzas entre partidos políticos con fines electorales deben darse entre partidos afines y no como sucede con el PAN y PRD donde… detrás de la cruz, está el diablo… Ahora va contra la ONU el Cardenal de Guadalajara Juan Sandoval Íñiguez que siempre acepta pleitos con los que son de la división de los completos y ni un gramo más abajo… La Comisión Federal de Electricidad es la que debe aclarar, a satisfacción, cómo está lo de los contratos con el extranjero y no atizar la polémica entre si el traidor es el jefe o sus subalternos… Ni en el Instituto Mexicano del Seguro Social, ni en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, se advierten signos de que pudiera haber cambios de titulares. Los escritorios están atiborrados de asuntos que firman los nombrados por el presidente Calderón… Jesús Ortega Martínez espera que con la definición de que: “no habrá licencia ni permiso para votar por otro candidato distinto al del PRD en el Estado de México, se entienda que muerto el perro se acabó la rabia”… Gustavo Madero parece ir en caballo de hacienda en la sucesión de César Nava Vázquez como dirigente panista. No hay Cecilia Romero, ni Francisco Ramírez Acuña que lo detengan. Pero eso sí, no debe fotografiarse con Bandas Presidenciales cuyo uso castiga la Constitución. Lo más que puede, es dejarse crecer la piochita.